En la mitología nórdica existe la historia de un maravilloso anillo que constituía la base del gran poder de quien lo poseyera. Este anillo se llama Andvari, “el dador de anillos”, y tenía la propiedad de producir ocho anillos de oro puro diariamente.
En el trabajo en grupo, no existe forma de hacer aparecer mágicamente, como Andvari, las habilidades sociales necesarias. Usted tiene que enseñarlas a sus alumnos.
Ya hemos visto antes cuáles son las principales habilidades para el trabajo en equipo: las “formadoras”, las “funcionadoras”, las “formuladoras” y las “fermentadoras”. El problema que trataremos ahora es: ¿cómo se enseñan esas habilidades para el trabajo en equipo?
La respuesta a esta pregunta esta íntimamente vinculada al tema del que nos ocupamos aquí, pues la descripción de las habilidades para el aprendizaje grupal cooperativo corresponde a las conductas que diremos a nuestros alumnos que deseamos observar durante la clase.
Según David y Roger Johnson , existen cinco pasos en la enseñanza de las habilidades para el trabajo en grupo.
Recuerde que las habilidades para el trabajo en grupo no serán aprendidas a menos que se haga verdadero trabajo grupal.
Primer paso. Asegúrese que los estudiantes entiendan la necesidad de ciertas habilidades para el trabajo en grupo
Converse con sus estudiantes para identificar cuáles son las habilidades para el trabajo en equipo que ellos consideran necesitar más. Decida a partir de ello cuáles deben ser las habilidades más enfatizadas en la lección cooperativa y presente esa importancia a la clase. Haga role playings que ilustren qué sucede cuando dicha habilidad no se pone en práctica.
Segundo paso. Asegúrese que los estudiantes entiendan en qué consiste la actitud, cómo llevarla a cabo y cuándo ponerla en práctica.
Describa las conductas verbales y no verbales que constituyen la habilidad en la práctica, así los estudiantes sabrán específicamente qué hacer y qué no hacer. Recuerde describir cómo "se ve" y cómo "se escucha" cada conducta. Por ejemplo, "alentar la participación" se ve como: sonreír, mantener contacto visual, hacer gestos aprobatorios y facilitar la participación; mientras que se escucha como: "¿qué es lo que estás pensando?", "¡excelente!", "¡esa es una buena idea!", "¡creo que has aportado algo interesante!".
En el trabajo en grupo, no existe forma de hacer aparecer mágicamente, como Andvari, las habilidades sociales necesarias. Usted tiene que enseñarlas a sus alumnos.
Ya hemos visto antes cuáles son las principales habilidades para el trabajo en equipo: las “formadoras”, las “funcionadoras”, las “formuladoras” y las “fermentadoras”. El problema que trataremos ahora es: ¿cómo se enseñan esas habilidades para el trabajo en equipo?
La respuesta a esta pregunta esta íntimamente vinculada al tema del que nos ocupamos aquí, pues la descripción de las habilidades para el aprendizaje grupal cooperativo corresponde a las conductas que diremos a nuestros alumnos que deseamos observar durante la clase.
Según David y Roger Johnson , existen cinco pasos en la enseñanza de las habilidades para el trabajo en grupo.
Recuerde que las habilidades para el trabajo en grupo no serán aprendidas a menos que se haga verdadero trabajo grupal.
Primer paso. Asegúrese que los estudiantes entiendan la necesidad de ciertas habilidades para el trabajo en grupo
Converse con sus estudiantes para identificar cuáles son las habilidades para el trabajo en equipo que ellos consideran necesitar más. Decida a partir de ello cuáles deben ser las habilidades más enfatizadas en la lección cooperativa y presente esa importancia a la clase. Haga role playings que ilustren qué sucede cuando dicha habilidad no se pone en práctica.
Segundo paso. Asegúrese que los estudiantes entiendan en qué consiste la actitud, cómo llevarla a cabo y cuándo ponerla en práctica.
Describa las conductas verbales y no verbales que constituyen la habilidad en la práctica, así los estudiantes sabrán específicamente qué hacer y qué no hacer. Recuerde describir cómo "se ve" y cómo "se escucha" cada conducta. Por ejemplo, "alentar la participación" se ve como: sonreír, mantener contacto visual, hacer gestos aprobatorios y facilitar la participación; mientras que se escucha como: "¿qué es lo que estás pensando?", "¡excelente!", "¡esa es una buena idea!", "¡creo que has aportado algo interesante!".
Haga de modelo de la habilidad frente a la clase; ilustre cada una de las manifestaciones vistas en la descripción de las conductas; incentive a los estudiantes a hacer role-playings de la habilidad, que todos hayan tenido ocasión de practicarla antes que empiece el trabajo en equipo.
Tercer paso: Aliente la práctica de la habilidad y felicite a aquellos grupos que logran un nivel magistral en la misma.
Empiece asignando la habilidad social como parte del rol de uno de los miembros, haga a alguien responsable de la aparición constante de las manifestaciones de la habilidad. Observe a cada grupo y lleve un registro de qué miembros están poniendo la habilidad en práctica. Mejor aun, asigne esta tarea a un alumno. Pregunte periódicamente a los grupos en qué forma ha aparecido la habilidad durante su trabajo.
Cuarto paso: Retroinforme a cada estudiante.
Asegúrese que cada estudiante sepa cómo está realizando la habilidad y que tenga ideas y sugerencias prácticas sobre cómo llevarla a cabo mejor en la próxima sesión de clase.
Quinto paso: Asegúrese de que los estudiantes practiquen la habilidad hasta que parezca una acción natural en ellos.
Muchos estudiantes se resisten a adquirir nuevas habilidades sociales porque al principio le parece forzado ponerlas en práctica y cuando lo hacen, su actuación le sale “dura”. En una palabra, se sienten ridículos haciendo esas cosas. Eso sucede simplemente porque se necesita práctica hasta que esas conductas se vuelvan tan espontáneas que nos parezcan perfectamente naturales y se conviertan en estímulos y motivadores socialmente valorados de verdad.
Para asegurar el quinto paso, usted puede hacer mucho siendo muy específico al describir las manifestaciones de las habilidades que desea ver manifestadas, empezando por habilidades relativamente sencillas de manera que no sobrecargue la actuación de sus estudiantes, y además insistiendo todo el tiempo, creando situaciones en que los alumnos puedan poner en práctica esta habilidad y dando reconocimiento por sus avances.
Tercer paso: Aliente la práctica de la habilidad y felicite a aquellos grupos que logran un nivel magistral en la misma.
Empiece asignando la habilidad social como parte del rol de uno de los miembros, haga a alguien responsable de la aparición constante de las manifestaciones de la habilidad. Observe a cada grupo y lleve un registro de qué miembros están poniendo la habilidad en práctica. Mejor aun, asigne esta tarea a un alumno. Pregunte periódicamente a los grupos en qué forma ha aparecido la habilidad durante su trabajo.
Cuarto paso: Retroinforme a cada estudiante.
Asegúrese que cada estudiante sepa cómo está realizando la habilidad y que tenga ideas y sugerencias prácticas sobre cómo llevarla a cabo mejor en la próxima sesión de clase.
Quinto paso: Asegúrese de que los estudiantes practiquen la habilidad hasta que parezca una acción natural en ellos.
Muchos estudiantes se resisten a adquirir nuevas habilidades sociales porque al principio le parece forzado ponerlas en práctica y cuando lo hacen, su actuación le sale “dura”. En una palabra, se sienten ridículos haciendo esas cosas. Eso sucede simplemente porque se necesita práctica hasta que esas conductas se vuelvan tan espontáneas que nos parezcan perfectamente naturales y se conviertan en estímulos y motivadores socialmente valorados de verdad.
Para asegurar el quinto paso, usted puede hacer mucho siendo muy específico al describir las manifestaciones de las habilidades que desea ver manifestadas, empezando por habilidades relativamente sencillas de manera que no sobrecargue la actuación de sus estudiantes, y además insistiendo todo el tiempo, creando situaciones en que los alumnos puedan poner en práctica esta habilidad y dando reconocimiento por sus avances.
A la larga, sus alumnos estarán especialmente agradecidos por estos aprendizajes.